Thursday, February 28, 2013

"Esa gran vaca sagrada: El control de alquileres" - Por: Paul Krugman

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Traducción: Economía en Jeep

Esa gran vaca sagrada -el control de alquileres- es un caso de estudio de libro de texto de economía sobre estupidez económica. Los economistas que se han aventurado en el llamado mundo real a menudo citan a Alan Blinder de Princeton, quien ha formulado lo que él llama "la Ley de Murphy de la política económica": "Los economistas tienen menor influencia sobre política económica en lo que más sabe y está de acuerdo la mayoría de ellos, pero tienen mayor influencia sobre política económica en lo que saben menos y están más en desacuerdo". Es imprudente y cínico, pero es la verdad.
 
Consideremos, por un lado, las cuestiones realmente difíciles -a falta de argumentos plausibles en ambos lados, donde nadie sabe realmente cómo medir las ventajas y desventajas. ¿Se debería dividir Microsoft? y, en caso afirmativo, ¿cómo? ¿Debería Gran Bretaña adoptar el euro? Preguntemos a los economistas! Y esos economistas que están dispuestos a expresar opiniones fuertes sobre cuestiones inherentemente ambiguas llaman rápidamente la atención. 


Por otro lado, consideremos un artículo que apareció en el diario The New York Times ayer, "En San Francisco, los inquilinos están suplicantes." Fue una pieza interesante, con historias de aspirantes a inquilinos que pasan meses andando por las veredas, de decenas de desesperados solicitantes por ocupar un apartamento recientemente vacante, tratando de impresionar al propietario con sus credenciales. Y sin embargo, había algo fundamental que faltaba -en concreto, tres palabras que yo sabía que tenían que ser parte de la historia.

No es que tenga algún conocimiento especial sobre el mercado de vivienda de San Francisco -de hecho, antes de ayer por la mañana yo no sabía nada al respecto. Pero fue inmediatamente obvio a partir de la historia lo que estaba pasando. Para un economista, o para el caso de un estudiante de primer año que ha tomado Economía 101, todo lo relacionado con esa historia evidenció esas tres palabras -que son, por supuesto el "control de alquileres". 

Después de todo, el tipo de comportamiento descrito en el artículo -exigir que los futuros inquilinos suministren CVs e informes de crédito, que se vistan muy bien y actúen entusiastas- no sucede en los mercados de vivienda sin controles. Los propietarios no quieren servilismo -prefieren tener el dinero. En los mercados sin controles, quién consigue un apartamento es una cuestión de quién es capaz y está dispuesto a pagar más. Y por eso no tenía dudas acerca de lo que iba a encontrar después de un poco de investigar -que San Francisco es una ciudad donde el boom inmobiliario alimentado por la tecnología ha chocado con una draconiana ley de control de alquileres.
 
El análisis de control de alquileres es uno de los temas mejor entendidos en toda la economía, y -entre los economistas- uno de los menos controversiales. En 1992, una encuesta de la American Economic Association encontró que 93 por ciento de sus miembros están de acuerdo en que "un tope a las rentas reduce la calidad y cantidad de la vivienda". Casi todos los libros de texto de primer año de economía contienen un caso de estudio sobre el control de alquileres, usando su conocido resultado adverso para ilustrar los principios de la oferta y la demanda.


¿Altísimos alquileres de apartamentos no controlados, ya que los inquilinos desesperados no tienen a dónde ir -y la ausencia de construcción de vivienda nueva, a pesar de los altos alquileres, porque los propietarios temen que los controles se ampliarán? Predecible. ¿Relaciones poco placenteras entre inquilinos y propietarios, con una carrera armamentista de estrategias cada vez más ingeniosas para obligar a los inquilinos a irse -lo que el artículo de ayer curiosamente describía como "historias de horror del libre mercado"- y regulaciones constantemente diseñadas para bloquear la proliferación de esas estrategias? Predecible.

Y en cuanto a que la forma de control arriendos hace que la gente se enfrente unos contra otros -el director ejecutivo de Estabilización de Alquileres y Arbitraje de San Francisco  ha remarcado que "no parece haber nadie en esta ciudad que pueda confiar en alguien más, incluyendo su propios abuelos"- es previsible, también.

Nada de esto dice que el fin del control de alquileres es una decisión fácil. Sin embargo, es seguro que vale la pena saber que las patologías del mercado de la vivienda de San Francisco son perfectamente ilustradas en los libros de texto, que son exactamente lo que el análisis de la oferta y la demanda predice. 

Pero la gente, literalmente, no lo quiere saber. Hace unos meses, cuando un oficial de San Francisco propuso un estudio de la crisis de la vivienda de la ciudad, hubo una oposición vigorosa de los grupos de defensa del inquilino. Argumentaron que, incluso estudiar la situación era un paso en el camino para acabar con el control de alquileres -y que bien podría haber estado en lo cierto, ya que el estudio podría haber dado lugar a un reconocimiento de lo obvio.

Así que ya saben por qué los economistas no sirven para nada: cuando realmente entienden algo, la gente no quiere oír hablar de eso.

Originalmente publicado en el New York Times en 6.7.00

Pueden leer el artículo orginal aquí.

2 comments :

  1. Hay dos temas adicionales: i) las ciudades con mayor productividad justifican ser mas caras y proveer mayor diversidad y sofisticacion de servicios a sus habitantes e.g. Miami (centro turistico) versus NYC (centro financiero mundial); ii) Ecuador es un pais relativamente urbano x lo existen ciudades grandes (Quito y Guayaquil), medianas (Machala, Cuenca, Manta, etc) y pequenias. El tener control de renta distorsiona el desarrollo de las ciudades medianas al poner un techo al costo de la vivienda en las ciudades grandes.

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