Tuesday, January 7, 2014

La Política Económica de la Revolución: ¿Justificada desde el Dogma y Evaluada desde la Nada?

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En este post quiero presentar mis argumentos sobre la falta de sustento lógico y científico en las políticas económicas del modelo de la revolución ciudadana, y también mostrar la falta de evaluación de resultados de esas políticas una vez implementadas.

Quiero iniciar con la discusión sobre lo que justifica las políticas económicas del régimen de la revolución ciudadana. Llegaré a la conclusión que no existen elementos de juicio lógicos, y menos científicos, que justifiquen las políticas económicas del régimen.

En economía del desarrollo, el gold standard para justificar, desde el punto de vista científico-económico, la puesta en práctica de una política económica es lo que se denomina Prueba Aleatoria Controlada (Randomized Control Trial o RCT).

El RCT es un tipo de experimento científico que se usa también como gold standard en pruebas clínicas para probar la eficacia o efectividad de una medicina sobre una población de pacientes. La clave de los RCT es que los objetos de estudio (enfermos), después de haber sido elegidos y reclutados, son aleatoriamente asignados para recibir uno de los tratamientos alternativos bajo estudio. Después de la asignación aleatoria, el tratamiento, y el seguimiento de los individuos, los dos grupos son examinados para determinar el efecto de los tratamientos en estudio. Generalmente, a un grupo se le aplica el tratamiento (medicina) y al otro se le ofrece un placebo sin que cada uno de los grupos sepa lo que le fue administrado, lo que se denomina procedimiento 'doble-ciego'.

En el caso de economía, el asunto es mucho más complicado por la casi imposibilidad de dividir aleatoriamente países en desarrollo, por ejemplo, entre los que se les administra una política económica del estilo del Socialismo del Siglo XXI, en donde el estado es el protagonista del desarrollo, y aquellos a los que no se les administra una política de esta naturaleza.

Cuando uno conversa e intercambia criterios con los defensores del modelo de desarrollo de la revolución ciudadana, los argumentos que utilizan quienes abogan por este tipo de políticas son variados, pero tienen una misma raíz: En las economías donde se ha logrado un desarrollo industrial y tecnológico importante, el estado fue el motor de ese desarrollo vía proteccionismo, inversión pública, y subsidios. Y, en esa línea, citan como caso estrella a Corea del Sur, y a los otros tigres asiáticos. Como emblema de este tipo de argumentos, citan frecuentemente el libro del profesor de Cambridge Ha-Joon ChangKicking Away the Ladder: Development Strategy in Historical Perspective.

El libro en mención resalta que los países ahora desarrollados implementaron en sus inicios políticas proteccionistas, e incluso menciona que las instituciones que los países ahora desarrollados recomiendan a los países en desarrollo, ellos no las tenían cuando estaban en etapas temprana de su desarrollo (esclavismo, trabajo infantil, falta de democracia, etc.). Como ustedes pueden imaginar, este tipo de políticas proteccionistas y la falta de instituciones que los países ahora desarrollados tenían en sus etapas tempranas de desarrollo ocurrieron más de un siglo atrás. Además, los países en los que el estado intervino fuertemente para lograr el desarrollo, como en los tigres asiáticos, no fueron seleccionados aleatoriamente.

El Profesor Kaushik Basu, vicepresidente del Banco Mundial, en un reciente artículo titulado The Method of Randomization, Economic Policy, and Reasoned Intuition menciona que, en caso de existir resultados de política económica derivados de RCT, uno debe ser muy cuidadoso en cuanto a establecer causalidad entre el tratamiento y el resultado. De hecho, él menciona que (la traducción es mía y los paréntesis también, p. 8):
[S]i fuéramos tan escrupulosos en cuanto a deducir conclusiones como los que practican RCT quieren que lo seamos, no podríamos aplicar esas conclusiones a otros lugares y otros tiempos. Eso sería como sacar conclusiones de muestras sesgadas... [S]i la intervención (política pública) es luego aplicada a una entidad (país o economía) que no fue seleccionada aleatoriamente de la población sino de un grupo específico, debemos estar preparados para el desastre.
Es decir, el Profesor Basu nos previene que, aún cuando hayamos empleado cuidadosamente un RCT para determinar el efecto de una política económica, no es posible establecer una conexión directa para concluir que esa política económica tendrá el mismo efecto en el futuro, o en un país que no es seleccionado aleatoriamente de la población sobre la que se realizó el RCT.

Por lo tanto, concluir que las políticas económicas llevadas a cabo en Corea del Sur entre los años 60 y 70, y que potencialmente han llevado a esa economía a un desarrollo importante en el presente, tendrán el mismo efecto en el Ecuador de hoy no tiene ningún asidero lógico ni científico. Y esto ignorando que Corea del Sur no estuvo bajo RCT alguno al momento de prescribir estas políticas.

Sin embargo, el Profesor Basu menciona que muchas veces es suficiente usar la 'intuición razonada' para establecer el efecto de una política que no sea administrada bajo los preceptos de los RCT. Ese sería el caso del Ecuador, al que se le recomienda seguir las políticas que siguió Corea del Sur, por ejemplo, para obtener resultados de progreso tecnológico. Basu sugiere utilizar el principio de inducción para establecer la causalidad que permita hacer recomendaciones de política. Pero Basu también nos previene al momento de usar esta 'intuición razonada' (la traducción es mía, pp. 19-20):
[S]i queremos usar el principio de inducción para decidir si la política X es probable que alcance un cierto resultado R, no es suficiente mostrar que R se alcanzó en el pasado a causa de Y, y de esto concluir que X no funcionará. Es importante verificar si X se intentó en el pasado y entonces hacer la deducción. En caso que X nunca haya alcanzado R porque nunca se intentó, no tenemos evidencia sobre la eficacia de X ni en favor ni en contra.
Este es el caso de una alternativa a las políticas defendidas por los abogados de la revolución. En particular hablo de políticas (X) en donde el motor del desarrollo sea el sector privado, a través de innovaciones que se produzcan por la competencia, la liberalización inteligente del comercio, y los incentivos correctos por parte del estado en impuestos, reglas claras, etc. Decir que los tigres asiáticos se desarrollaron (R) por la alta intervención del estado (Y), y con eso descartar cualquier otro tipo de política alternativa es violar el principio de 'intuición razonada' a la que recurre Basu en su análisis.

Con estos argumentos he querido demostrar que no existe consistencia lógica o científica detrás de la defensa de las políticas económicas implementadas por el régimen de la revolución ciudadana. Yo he solicitado que se proporcione algún otro tipo de estudio que permita sostener lógica y científicamente los conceptos detrás de las políticas económicas actuales, pero no he recibido una respuesta satisfactoria. Al parecer, y esto es impresión mía solamente, la ideología se impuso a la ciencia, a la que a veces se la acusa de estar contaminada de ideología. En este caso, yo diría que hay ausencia total de ciencia.

ACTUALIZACIÓN [19/2/2014]: Algunos de los abogados de las políticas económicas del régimen me han comentado que pedir el uso de RCTs para justificar políticas económicas es demasiado estricto, y estoy de acuerdo con ellos. Por esa razón, en economía y particularmente en macroeconomía, se utilizan modelos. Los modelos permiten, bajo ciertos supuestos, aislar el efecto de la política económica para medir su impacto. Distintos estamentos del gobierno, por una tradición que data desde las negociaciones del TLC con Estados Unidos, tienen lo que se denominan Computable General Equilibrium (CGE) models. No son lo más actualizado en la evaluación de políticas económicas, pero algo es algo. Lamentablemente, son muy pocas las personas que se han especializado en este tipo de tecnología, por lo que no existe suficiente capital humano para manejar estos modelos, además que estoy al tanto que el régimen tampoco les da la importancia que podría darles en caso de que quisieran fundamentar científicamente sus decisiones. Entonces, una vez más, no conozco que el gobierno utilice como debería herramientas científicas para fundamentar sus decisiones de política económica.

Pasando al segundo punto, sobre la evaluación de las políticas económicas del régimen, pasando por alto el punto anterior sobre su justificación en términos lógicos-científicos, la situación no es menos lamentable.

En distintos spots publicitarios del gobierno se promociona el incremento del gasto público en inversión en infraestructura, salud, educación, y subsidios. Sin embargo, hasta la fecha no he visto un spot publicitario que explique el impacto de esos proyectos, o de cada dólar (proveniente de petróleo o impuestos) gastado. Para eso se requiere contar con Estudios de Evaluación de Impacto que nos permitan conocer si:

    • la intervención está produciendo los beneficios previstos y cuál fue el efecto general en la población
    • se podría diseñar mejor el programa o proyecto para lograr los resultados previstos
    • se están empleando los recursos en forma eficiente
      Estos estudios NO existen, o al menos no se han hecho públicos con la misma intensidad que las propagandas acerca del incremento en el gasto.

      Lo que se ha hecho es escribir muy básicos, y hasta burdos, artículos en la prensa estatal. Uno de ellos, titulado La pobreza en Ecuador se reduce y la riqueza se redistribuye, hace afirmaciones tan aventuradas como que "Es el momento del atinado uso de la renta petrolera para usar el extractivismo como transición para salir de ese patrón primario exportador.", entre otras. Asímismo, otro artículo en la misma prensa, titulado La reducción del empleo informal está relacionada principalmente con políticas públicas, no ofrece elemento de juicio alguno para poder sustentar lo que afirma en el título. Estos dos ejemplos son lamentables y deplorables. Se requiere más seriedad en el tratamiento de estos temas.

      Creo que es momento de contar con estudios serios que permitan alcanzar conclusiones que mejoren los resultados obtenidos por las políticas gubernamentales, que de hecho existen. De esa forma se puede lograr una eficiente asignación de los recursos públicos, que le pertenecen a los contribuyentes.

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