Sunday, April 18, 2021

Ecuador: ¿Todos a empujar? El legado de sostenibilidad fiscal que nos podría dejar @LassoGuillermo

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 Algunas cosas se han dicho sobre las reducciones de impuestos que aplicaría Guillermo Lasso en su gobierno. No las voy a discutir aquí. En este post presento una propuesta de cambios en nuestro sistema impositivo y de gasto público que debería llevar a cabo el nuevo gobierno para enrumbarnos hacia la sostenibilidad fiscal y el desarrollo de largo plazo, porque el retorno del populismo sigue latente.

En primer lugar, quiero empezar señalando las proyecciones que hace el FMI para que Ecuador pueda financiar su presupuesto en los próximos 4 años, reduciendo el monto de los préstamos que tenga que pedir el país para pagar los vencimientos de deuda, y que el nivel de endeudamiento público regrese a una senda de sostenibilidad. El FMI proyecta que el nivel de endeudamiento pasaría del 67% del PIB en 2021 al 56% en 2025.¿Cómo lo lograríamos, según el FMI? Aumentando ingresos y reduciendo gastos, así:

  • En el 2022, la recaudación tributaria aumentaría en 2 puntos porcentuales del PIB y a partir del 2023 habría un incremento adicional de 1 punto porcentual.
  • El gasto corriente (sueldos y compras públicas) se reduciría en más de 1 punto porcentual del PIB hasta 2025 y el gasto de inversión se reduciría en casi 1 punto porcentual hasta el final del gobierno de Lasso (si no se reelige).

¿Está Guillermo Lasso dispuesto a realizar el incremento en la recaudación tributaria y el recorte de gastos? ¿Estamos los ecuatorianos dispuestos a aceptarlo? ¿Todos empujaremos el carro?

Esto me lleva a una reflexión sobre el esquema impositivo ecuatoriano. ¿Sabían Uds. que del total del impuesto a la renta recaudado, en Ecuador las personas contribuyen sólo el 12% mientras que en Chile ese porcentaje alcanza el 32% y en EE.UU., 87%? Mientras en Chile el umbral mínimo de ingresos desde el cual una persona paga impuesto a la renta es $11,763 (que representa el 84% de su PIB per cápita) y en EE.UU. ese umbral es $12,250 (que representa tan sólo el 19% de su PIB per cápita), en Ecuador el umbral mínimo desde el que una persona paga impuesto a la renta es $11,315, que es igual al 233% de su PIB per cápita, sin considerar las deducciones por gastos de alimentación, vivienda, vestido y salud (con esas deducciones ese umbral es mucho más alto). De hecho, el FMI indica que en Ecuador al menos el 70% de la población no está sujeta al pago del impuesto a la renta, cuando ese porcentaje alcanzaría sólo el 50% en Chile y 13% en EE.UU.

En ese sentido, creo que es necesario realizar una revisión del esquema impositivo a la renta ecuatoriano. No es razonable tener deducciones tan altas al impuesto a la renta. Mientras en EE.UU. la deducción estándar es de $12,250, en Ecuador una persona se podría deducir hasta $14,710 sin contar con los gastos de salud. Las deducciones deben reducirse a un nivel que tenga relación con el poder adquisitivo de la economía ecuatoriana.

¿Cómo hacer viable políticamente una revisión del impuesto a la renta para que todos "empujen el carro"? Yo propongo lo siguiente y sus razones:

  1. (Basado en el informe del FMI, pg. 47) Reducir el límite desde el cual se paga impuesto a la renta a $3,000 anuales (desde los aproximadamente $11,000 actuales), con una tasa del 3% (esto haría que sólo el 30% inferior de la distribución de ingresos no pague impuesto a la renta). Reducir las deducciones a quienes tengan ingresos entre $11,000 y $27,000 (logrando un aumento efectivo de 3 puntos porcentuales en la tasa del impuesto a la renta a este grupo). Aumentar la tasa del impuesto a la renta en 5 puntos porcentuales para quienes tengan ingresos netos superiores a $27,000 (digo netos porque las deducciones aún son generosas para este grupo de ingresos). Estos cambios podrían generar 1% del PIB adicional en recaudación. Aclaración para algunos confundidos (19/4/21): (i) Los $3,000 anuales son después de deducciones y por persona. En el hogar es común tener más de un perceptor de ingreso. De hecho, hoy las deducciones en un hogar se aplican al ingreso de cada persona. (ii) Los $3,000 anuales corresponden al 62% del PIB per cápita, comparado con 84% en Chile (que no tiene deducciones como sí las tiene Ecuador) y 19% en EE.UU.
  2. A cambio, reducir los aranceles de importación uniformemente para que los costos de los productos importados se reduzcan, reduciendo así el contrabando y las distorsiones que estos impuestos generan en el aparato productivo. Desconozco la magnitud de la reducción.
  3. Reducir paulatinamente la tasa del ISD en 1.25 puntos porcentuales por año durante los próximos 4 años.
  4. Aumentar la tasa del IVA en 3 puntos porcentuales hasta el 15%. El IVA es mayormente pagado por personas de altos ingresos y no afecta significativamente a los de más bajos ingresos. Esto generaría otro punto porcentual del PIB en ingresos tributarios.
  5. Para que estas propuestas tengan viabilidad política en la asamblea, proponer una contribución desde los patrimonios más altos por una sóla vez y que sirva como crédito tributario para el impuesto a la herencia (que no debe eliminarse), de forma tal de recaudar $500 millones que sirvan para repartirlos este año como transferencias monetarias directas a quienes hayan perdido sus trabajos por la pandemia.
  6. (Basado en el informe del FMI, pg. 48) Aumentar las transferencias corrientes a la población en el 30% inferior de la distribución de ingresos.
Definitivamente hay que optimizar el gasto público. Es necesario que el sector privado participe en la provisión de servicios públicos en una modalidad similar a la de prestación de servicios. Creo que Guillermo Lasso ha propuesto algo parecido. En mi concepción del asunto, el gobierno da en administración privada los hospitales públicos a cambio de un número determinado de prestaciones gratuitas por año, mientras otorga una remuneración fija al administrador. Debe existir un regulador que garantice que la calidad en la prestación de servicios no disminuya. Hay experiencias similares en el extranjero.

En estas últimas elecciones, Ecuador se salvó de caer en una espiral de populismo y las distorsiones económicas que eso acarrea. Quienes tememos el regreso de ese populismo nefasto debemos arrimar el hombro. ¿Estamos dispuestos todos a empujar el carro?



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