Sunday, October 6, 2019

Impacto del aumento de los precios de combustibles en la inflación, luego de eliminados los subsidios

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Este post presenta pronósticos sobre el efecto que tendría la eliminación de subsidios y consiguiente aumento de precios de los combustibles en la inflación de los años 2019 y 2020, con información hasta inicios de octubre de 2019.

La eliminación de subsidios decretada por el gobierno del presidente Lenin Moreno el 1 de octubre de 2019 dejó los precios de los combustibles (por galón) como sigue, en relación al 30 de septiembre de este año:
  • Gasolina extra: de $1.85 a $2.30 (24% de incremento)
  • Gasolina súper: $2.98 (sin cambio)
  • Diésel: de $1.04 a $2.27 (118% de incremento)
Se espera que estos cambios provoquen aumentos generalizados en los precios de la economía. Sin embargo, ni el gobierno, a través de su Ministerio de Economía y Finanzas, ni el Banco Central del Ecuador han proporcionado un análisis que indique el impacto en la inflación.

En este post presento los resultados de la estimación de dos modelos econométricos y los pronósticos que éstos arrojan. De acuerdo a lo que conozco, estas serían las únicas estimaciones disponibles al momento de publicación de este post. A continuación muestro los pronósticos y luego los detalles de los modelos y la información utilizada, para quienes quieran aburrirse con los detalles técnicos.

Para 2019 y 2020 se esperaría 3% de tasa de inflación bajo uno de los modelos. Bajo el otro modelo, se espera 15% para el 2019 y 5% para el 2020. Los números en corchetes en la tabla indican los intervalos de confianza del 95% para las predicciones.
 


Descripción de los modelos y obtención de los pronósticos
Ambos modelos se estiman con información anual del precio de los combustibles y el índice de precios al consumidor (IPC) desde 1989 hasta 2018. Los enlaces a los datos y su fuente los dejo al final del post.

El modelo 1 utiliza como variable dependiente el (logaritmo del) IPC, mientras que el modelo 2, el cambio porcentual en el IPC (la tasa de inflación). El cambio porcentual acumulado en el IPC y los precios de los combustibles desde 1989 hasta 2019 (2018 para el IPC) aparecen a continuación.

Nótese que a partir del año 2000, los precios de los combustibles han sufrido cambios muy poco frecuentes, lo que representa un reto para cualquier modelo econométrico que pretenda obtener información del efecto de cambios en estos precios sobre la inflación.

Los modelos están basados en fundamentos estadísticos más que económicos. Varios pueden ser los determinantes de la inflación desde el punto de vista económico, por ejemplo: monetarios, cambiarios, de expectativas, de estructuras de costos de insumos (incluídos precios de combustibles), etc. Lo importante es aislar el efecto de todas las otras variables que inciden en la inflación para obtener el efecto puro del precio de los combustibles (lo que en economía se denomina ceteris paribus).

El análisis que llevo a cabo tiene un enfoque flexible y agnóstico sobre las variables que han incidido sobre el nivel de precios o la inflación más allá del precio de los combustibles. Los modelos asumen que el nivel de precios (en el caso del modelo 1) o la inflación (en el caso del modelo 2) han sufrido cambios estructurales en su nivel y tendencia desde 1989 hasta 2018. Estos cambios estructurales pueden entenderse como cambios en todas las otras variables que inciden en el nivel de precios o la inflación más alla del precio de los combustibles (por ejemplo: dolarización, crisis financiera y emisión descontrolada de sucres por parte del Banco Central, aranceles, devaluaciones de la moneda, ajustes fiscales, etc.). De manera importante, el análisis que utilizo determina estos cambios estructurales de forma endógena y no impone a priori fecha alguna para los quiebres en los niveles o tendencias de las series. En ambos modelos asumo que pueden existir cambios en el nivel de las series, en una tendencia lineal, y en una tendencia cuadrática (indispensable para recoger el comportamiento tanto del IPC como de la inflación en los periodos inmediatamente antes y después del inicio de la dolarización). A continuación describo los resultados para cada modelo.

La estimación del modelo 1, que utiliza el IPC como variable dependiente, encuentra cinco periodos bien definidos para la economía. El primero entre 1989 y 1992, en el que la tasa de inflación anual se incrementaba a un promedio de 3.5 puntos porcentuales por año. El segundo entre 1993 y 1999, en el que la inflación se incrementaba a un promedio de 5 puntos porcentuales por año. El tercero entre 2000 y 2003 en el que la inflación se redujo a un promedio de 7 puntos porcentuales por año. El cuarto entre 2004 y 2007 en el que la inflación se mantuvo constante, en promedio. El último periodo inicia en 2008 y la inflación se ha reducido a una razón de medio punto porcentual por año, en promedio.

Este modelo tiene como variables explicativas adicionales (cuyo efecto se asume constante en el tiempo) a (los logaritmos de) los precios de las gasolinas extra, súper y el diésel. El precio de la gasolina extra entra con signo positivo y significativo, y los resultados indican que por cada aumento de 1% en el precio de la gasolina, el IPC se incrementa en 0.23%, en promedio. El precio de la gasolina súper entra con signo negativo, pero no significativo. El diésel entra con signo positivo y marginalmente significativo; por cada 1% adicional en el precio del diésel, el IPC se incrementa en 0.04%, en promedio. Añadí dos variables dummy. Una para recoger el periodo de Rafael Correa (aranceles, presión en la demanda, etc.), la que indica que los precios de la economía fueron un 4% más altos, en promedio, que en otros periodos (esta dummy es estadísticamente significativa). La otra para recoger el periodo de Lenín Moreno (ajuste fiscal, etc.) e indica que los precios de la economía han sido en promedio un 2% más bajos que en otros periodos (esta dummy también es estadísticamente significativa). Finalmente, añadí un rezago del IPC en la regresión para recoger la dinámica de corto plazo, pero el coeficiente resulta menor que 0.1 y no estadísticamente significativo. A continuación presento el ajuste del modelo.
Para realizar la predicción de la inflación con este modelo, se realiza primero la predicción del IPC para 2019 y 2020. Importante: he asumido que el nuevo precio de los combustibles se mantiene para lo que queda del 2019 y para todo el 2020 (esto no considera que aumentos o disminuciones en el precio del petróleo pueden cambiar los precios de los combustibles en lo que queda del presente año y el año por venir). Con la predicción del IPC se puede obtener las tasas de inflación para estos dos años. Sin embargo, la tasa de inflación del 2019 necesita ser ajustada, ya que el nuevo precio de los combustibles sólo va a estar vigente por tres meses (el modelo usa datos con frecuencia anual y no puede distinguir este tipo de situaciones). Por lo tanto, divido para cuatro la inflación obtenida con el modelo que usa datos anuales (sólo estará vigente un trimestre) y le añado la inflación acumulada hasta septiembre de 2019, que el INEC ubica en 0.13%. [En una corrida anterior de este modelo y cuyos resultados expuse en Twitter, había asumido que el precio de los combustibles para 2019 serían un promedio ponderado entre los precios antiguos y los precios nuevos. Estos promedios ponderados son menores que los precios nuevos (por construcción) y menores que los precios que se asumen para el 2020. Bajo esos supuestos, la tasa de inflación que el modelo predice para 2019 es similar a la que se presenta arriba, pero la del 2020 es superior porque el modelo ve un nuevo aumento de precios para ese año con respecto al 2019. Creo que esos resultados no recogen lo que sería la dinámica de los precios de los combustibles.]

El modelo 2 utiliza la tasa de inflación anual como variable dependiente e identifica tres periodos: El primero entre 1990 y 1995, en el que la inflación se reduce a un ritmo de 3.7 puntos porcentuales por año, en promedio. El segundo, entre 1996 y 2000, en el que la inflación se incrementa a un ritmo promedio de 8.2 puntos porcentuales por año. El tercero, entre 2001 y 2018, en el que la inflación se reduce a un ritmo de 1.9 puntos porcentuales por año (o menos), en promedio.

En cuanto a los precios de los combustibles, éstos entran la regresión en variaciones porcentuales con respecto a un año atrás para ser consistentes con la variable dependiente. Los resultados indican que los tres precios de combustibles son estadísticamente significativos. En cuanto a la gasolina extra, un incremento de 1 punto porcentual en su precio, aumenta la inflación en 14 puntos básicos, en promedio. La gasolina súper, en cambio, tiene un coeficiente negativo, indicando que la inflación se reduciría en 36 puntos básicos por cada incremento en 1 punto porcentual de su precio, en promedio. Finalmente, el diésel tiene el coeficiente más alto, indicando que un aumento de 1 punto porcentual en su precio implicaría un aumento en la tasa de inflación de 44 puntos básicos, en promedio. A continuación presento el ajuste del modelo.
La predicción de la tasa de inflación con este modelo es directa (no como en el caso del IPC), pero aún necesita la ponderación para determinar el efecto en el 2019: dividir para 4 la predicción y sumar 0.13% acumulado hasta septiembre.

Enlaces a los datos y sus fuentes

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